
Quilmes se fue y volvió. En el medio, una temporada exitosa por el TNA 10/11 que lo consagró como campeón con una sencillez admirable si tenemos en cuenta las definiciones de play off. Desde cuartos de final en adelante arrancó con desventaja deportiva y pudo liquidar todas las series en Once Unidos: Ciudad Bragado 3-0; Ciclista Juninense 3–1 y San Martín de Corrientes 3–1.
En un abrir y cerrar de ojos, el “Tricolor” vivió en Once Unidos su mayor frustración y su victoria más importante. Desde el triple de Frank Williams y la imagen de desazón, hasta la felicidad de la gente por ver al “Faca” Piñero cortar la red del mismo aro en donde el jugador de Olímpico sentenció a Quilmes al TNA, pasaron tan sólo 13 meses.
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Los dirigidos por Daniel Maffei disputaron 44 partidos en la temporada, ganaron 28 (18 como local) y perdieron 16 de los cuales sólo cuatro fueron en casa, a pesar de la presión que también generó jugar en Once Unidos, sobre todo en los partidos por el TNA 1 (perdió 3). Los buenos resultados en Mar del Plata se complementaron con triunfos fuera de casa y en la mayoría de las canchas.
Dejando de lado los números, el equipo fue variando de forma positiva como si tratase de una escala ascendente. La llegada de Pomare, Hopson y Espinoza le dieron grandes réditos, sobre todo los últimos dos en instancias decisivas. En la foto quedaron afuera los otros dos extranjeros que también formaron parte del plantel como Wilder Auguste y Harold Arceneaux.
El poder ofensivo estuvo concentrado en Nicolás Ferreyra y Mac Hopson, el primero de buen nivel técnico y talentoso, un jugador capaz de desequilibrar con los fundamentos básicos del deporte. Aunque jugó pocos encuentros, Hopson terminó siendo la estrella, ya se ha dicho todo sobre él, alcanza con verlo en la cancha.
La garra estuvo representada en el “Goyo” Eseverri y su excelente estado físico. El progreso fue para Leonardo Peralta que demostró tener capacidad para resolver en la pintura y un efectivo tiro de media distancia, además de su entrega incondicional. Los otros dos pívots, Leonardo Pomare e Ignacio Alessio transitaron un camino irregular desde lo individual pero enganchados en todo momento con la idea de equipo.
Pablo Espinoza fue el que menos jugó pero explotó de igual forma que Hopson, en su caso, con rebotes, tapones y un poder de salto destacable, fue una mezcla de sacrificio y buen nivel técnico en la pintura.
El “Faca”, Dragan Capitanich y Maxi Iturrioz como los chicos del club que le pusieron el pecho a la situación al mismo tiempo que crecían (y crecen) como jugadores. El “Gallego” López (lesionado) desde la tribuna y el otro (Miguel Mira) desde arriba.
Federico Cabeza, Tayavek Gallizzi, Federico Aldama, Facundo Grutzk, Federico Sarandòn y Pedro Zabala como los juveniles como fueron rotando.
Pablo Favarel (asistente), Sebastián Mafía (preparador físico), Sergio Ríos (kinesiólogo), Jorge Ostera (médico) y Leonel March (utilero) como los que acompañaron a Daniel Mafei en el banco de suplentes.
Cierra la puerta Mario Sepúlveda. El talismán. Quinto ascenso en forma consecutiva para el nequino con 4 equipos diferentes (El Nacional de Monte Hermoso x2, Olímpico de La Banda, Unión de Sunchales y Quilmes). Histórico.
Vamos a desarrollar mejor los puntos claves como equipo y el nivel del certamen en general con los protagonistas en los próximos programas y artículos de Planeta Naranja.
Para aquellos que les agrada relacionar fechas y jugar con los datos, el 17 de mayo es clave: primer ascenso en 1991, descenso en 1998 y vuelta a la LNB en 2011.
Podemos hablar de Liga Nacional y es lo más lógico para Quilmes, por su historia y sus seguidores. Quedó clara la lección en el TNA. Mar del Plata debe explotar su otra plaza en lo más alto del básquet nacional y pensar en lo que se viene.