
Son lujos que la gente de Peñarol se dá y por ende toda Mar del Plata. Tener a Sergio Hernández 4 años como entrenador (en coincidencia con su labor en la Selección Argentina) ya lo era y lo fue. Pero esto supera a la satisfacción de un equipo: es de una ciudad basquetbolera.
Apenas Domingo Robles lo anunció en la Fiesta del sábado, el lugar explotó. Y el análisis es lógico: que lujo tener a uno de los mejores entrenadores de la historia del básquet argentino 2 años más.
De cumplir su contrato serían 6 años en Peñarol. Un caso histórico en la Liga Nacional que un técnico tenga tanta continuidad en un equipo. Historia comparable con la que tuvo Oscar Sánchez en Quilmes, si no se me escapa otro ejemplo.
La gente de Peñarol tendrá sus motivos para disfrutarlo. Pero nosotros como analistas de un deporte no podemos dejar de remarcar todo lo que suma un entrenador tal a nuestra tarea y al juego en sí.
Otro salto de calidad para Mar del Plata.
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