
El Súper 8 no es solo son figura reconocidas y súper ganadoras, también están los pibes que recién están dando sus primeros pasos, o como el caso de Bruno Provenzano, su primer paso codeándose con los más grandes a pesar de sus cortos 17 años.
El base cadete de Quilmes le toco recibir su primer bautismo con el plantel profesional y fue a más de 1300 kilómetros de Mar del Plata. Junto a él, también viajó un compañero suyo, Gonzalo Lencina.
Tras la derrota ante Atenas, con la amargura de despedirse de un torneo, Provenzano, que conoce y vive el día a día del plantel profesional es un reflejo de los más grandes y cuenta “las expectativas eran otras, aunque a principio de año no nos veíamos acá pero las cosas se fueron dando y llegamos a clasificar al Súper 8”
Más allá de haber tenido su debut en este torneo, fue una “gran experiencia” para el chico del “Tricolor”, porque “en este viaje uno aprende como son las cosas.” Y agrega que “uno se las imagina o las sueña pero no nada que ver a lo que se vive.”
Provenzano, que ya ha se “vistió” en varias ocasiones en el Once Unidos, marcó una gran diferencia entre la casa de Quilmes en la Liga Nacional y este Polideportivo “Torito” Rodríguez: la cantidad de público. “Dos mil personas de diferencia hay, acá no había nada, se escuchaba a los periodista relatando pero a pesar de no tener a nuestra gente fue una experiencia hermosa,” describe.
Más allá de estar viviendo una experiencia “profesional”, el base no se olvida de su presente en el básquet formativo: “Estoy muy feliz de estar aca pero ahora tengo que seguir con lo que me pertenece, mi equipo en mi categoría.”
La espina de no haber podido ganarle al Clásico Rival en las finales de Cadetes dejaron un marca en el jugador que se está formando en Quilmes, “mi responsabilidad es jugar bien en mi equipo, me hubiera gustado forzar un tercer juego contra Peñarol en Cadetes, porque el José Martínez estaba repleto y porque ese es mi equipo.
Y este debut “profesional” le dejo un recuerdo, tuvo a tres mayores como sus peluqueros personales: Facundo Piñero, Mario Ghersetti y Diego Romero. Pero parece que el corte no fue del agrado del Cadete, “vamos a hablar con los chicos para ver si me puedo sacar este peinado o cuando llegue a Mar del Plata se va,” cuenta entre risas.
El resultado para Quilmes no se dio pero este viaje para los “pibes” ya fue ganar, un premio que, seguramente, motiva para seguir trabando y que este no sea su último torneo con un plantel profesional y no quede la duda de no saber “cuántas veces más me va a tocar vivir un Súper 8.”