
Otra jornada en la burbuja de Disney con partidos muy parejos y mucho gol.
MAVERICKS 149 – ROCKETS 153
La segunda jornada de la reanudación de la NBA en Florida, la primera para los implicados, sirvió como plato principal un derbi texano entre los Mavericks y los Rockets, dos equipos de los más divertidos de ver en circunstancias habituales que no defraudaron en las pistas del Walt Disney World Resort de Bay Lake.
Ambos se pusieron sus mejores galas para acudir a una cita que terminaría siendo histórica, yéndose a la prórroga y por encima de los 300 entre los dos (149-153).
Mike D’Antoni, con mascarilla pese a no ser obligatoria para los entrenadores, optó, como es habitual, por una rotación corta de ocho hombres. Rick Carlisle tiró de más diversidad. Los dos conjuntos se mostraron altamente fiables en los primeros compases, no porque no hubiera excesiva defensa sino por el genuino acierto que mostraban. A destacar, la salida de un Trey Burke (8 triples) que se convirtió en el mejor suplente de Dallas en esta noche de viernes. Primer cuarto histórico, 44-42, algo que no se veía desde 1990, y paso a un segundo que iría por los mismos derroteros. Ahí, con el pequeño descanso de Harden, fue el momento de ver al Russell Westbrook más suelto, al que maravilla con su habilidad para penetrar e ir hacia el aro. Porzingis empezó a sumar con mucha facilidad, ya fuera dándose la vuelta en el poste bajo o con tiros de media y larga distancia, y terminaría como el mejor de su equipo (39 puntos y 16 asistencias). Dallas estaba sacando algo de ventaja de más y con eso se fue al descanso, no sin antes volver a registrar números no vistos en las últimas dos décadas. El partido, 85-75 tras la primera parte.
La pausa para tomar aire no cambió el guión en exceso, sirvió para que viéramos más la conexión entre Doncic y Porzingis y para que el esloveno tirara más si cabe del carro. Dirigiendo más que aportando puntos, que ya llevaba los suyos. Estaba falló en los tiros lejanos, anotando sólo un triple con paso atrás ante Harden, y centrándose más en las incursiones en la zona para distribuir desde ahí. Al final se le terminarían viendo las costuras… No llegó en el tercero sino en el cuarto la reacción de los Rockets. Y qué reacción. A lo loco, como sólo ellos saben hacer. Los Mavs tenían bien controlado el encuentro, pero se les escapó de la mano en los últimos 45 segundos: ganaban por siete y les empataron. Tras meter un triple soberbio desde más de ocho metros de distancia sería un fallo de Harden, intencionado o no, en los tiros libres el que daría la opción de empatar, ya que un rebote ofensivo y palmeo de Robert Covington forzó la prórroga. Doncic erró el triple, acabaría con 1/9 en la cartilla, y no pudo darle a los suyos la victoria en el tiempo reglamentario.
WIZARDS 112 – SUNS 125

Los Suns consiguieron la victoria en su estreno oficial en la burbuja del Walt Disney World Resort. Se la llevaron ante los Wizards. Ambos son dos de los conjuntos que luchan por entrar en el play-in que ha programado la NBA, pero parece que se demuestra que la pelea está en el Oeste y no tanto en el Este. Los de la capital, sin Beal, Wall y Bertans, fueron a ráfagas ante un equipo mejor preparado para batallar.
Desde el principio cogieron el mando los de Monty Williams. Ricky Rubio, ya recuperado del coronavirus, mantuvo un ritmo tranquilo, como suele ser habitual, en contraste con el vertiginoso al que Ish Smith sometía a su equipo. El sostén que ponía el español, que no estuvo tan acertado como en su vuelta a las canchas en los partidos amistosos pero aún así completó un partido en el que rozó el doble-doble (15 puntos y 9 asistencias). Partido sencillo y sin mucho cansancio para los Suns, que todavía están lejos de los Grizzlies, que marcan el corte en la Conferencia Oeste.
Los tiros de Devin Booker, que probó en suspensión pero también haciendo daño en penetraciones a las que los defensores de Washington no llegaban, y las colgadas que le hacía a DeAndre Ayton, sin defensa posible debajo del aro fueron algunas de las estrategias que Phoenix utilizó para controlar el partido, acabando éste en 112-125.
BLAZERS 140 – GRIZZLIES 135

Podríamos calificarlo del primer gran partido de la burbuja de la NBA en Florida. Si bien los que protagonizaron la noche de apertura se resolvieron por la mínima y uno de ellos era el gran derbi de Los Ángeles, este encuentro entre Blazers y Grizzlies fue otra cosa. Hubo competitividad, mucha calidad (algo que, a estas alturas, es difícil de ver puesto que los jugadores se están habituando a su nueva realidad) y los dos equipos son los que más se juegan en la pelea más importante de estos primeros días de regreso de la fase regular: el octavo puesto de la Conferencia Oeste, el que da el último billete para los ‘playoffs’ en esa parte del cuadro.
El pulso lo tomaron mejor los Trail Blazers, pero no por ello dejaron muy atrás a su rival. La noche fue tomando temperatura, los Grizzlies fueron remontando y el inexistente público presencial poco importó: parecía un partido con la intensidad que suele haber cuando la grada chilla. Rotación corta de ocho jugadores en Portand y algo más larga en Memphis. Dos estilos que terminaron siendo uno, ya que los dos bases, Lillard y Morant, imprimieron un ritmo a mitad del cuarto periodo que dejó a muchos boquiabiertos. Era una guerra de las buenas, si es que el concepto -aunque discutible, porque en realidad no existen- sirve para ejemplificarlo. El pique de canastas, celebraciones y técnicas entre Brandon Clarke y Zach Collins, que un Jusuf Nurkic que volvió tras un año sin disputar partidos oficiales lograra 18 puntos, 9 rebotes, 6 tapones y 5 asistencias y se fuera eliminado por faltas no fuera sustituido por Hassan Whiteside, que había hecho cuatro en nueve minutos, la sorprendente aportación de Gary Trent desde el triple, un Jonas Valanciunas que no falló en tiros de campo y no se le vio el pelo en los minutos decisivos… El partido tuvo de todo.
En los minutos decisivos del tiempo reglamentario apareció Carmelo Anthony para meter dos triples salvadores. Falló un tercero, pero Morant se resbaló en la jugada final y error tapa error. Empate a 124 y primera prórroga de este regreso de la NBA. Una bendición viendo el alto calibre del enfrentamiento. Los de Terry Stotts, sin embargo, ahí dieron poca opción: se cargaron el partido tras el comienzo de tiempo extra. Un par de pérdidas consecutivas hicieron saltar las alarmas, pero Memphis se había quedado sin ideas y lo pagó caro. El marcador fue 140-135.
NETS 118 – MAGIC 128

Los Magic se hacen con la primera victoria en su casa, Orlando. El primer partido del medio anfitrión de la burbuja era contra los Nets, el otro equipo que está en los puestos de playoffs de la Conferencia Este pero no tiene la clasificación asegurada. De hecho, al ganar el encuentro ha pasado al equipo de Brooklyn, que hizo poco menos que el ridículo en su primer contacto oficial con las pistas de Disney World.
Los de Jacque Vaughn salieron comprometidos en los primeros minutos, llevando incluso la iniciativa, pero fue cuestión de que su rival cogiera algo de ritmo. Las continuaciones y cortes de Vucevic (22 puntos) y Fournier (24 puntos), los mejores del equipo, y la dirección de D.J. Augustin era difícil de frenar para un equipo de circunstancias. Se debe recordar la plaga de bajas con la que cuenta un equipo que también estrena entrenador: Kyrie Irving, Kevin Durant, Taurean Prince, Spencer Dinwiddie y DeAndre Jordan no viajaron, e incluso Jamal Crawford no pudo disputar minutos porque todavía no está físicamente preparado tras no jugar en todo el año.
Los jugadores de los Nets hacían piña, pero de poco servía. Los Magic iban mucho más fuerte a los rebotes, a los balones divididos y los conceptos básicos en ataque no se veían perturbados por la defensa de los neoyorquinos, que era inexistente. Así se llegaba a unas diferencias que llegaron a ser de 30 puntos (77-107, minuto 33). Y ahí desconectaron los de Florida, conscientes de que hay que guardar fuerzas y que este partido estaba más que finiquitado. Y un sustito se llevaron, ya que a los Nets les pudo el orgullo de ver el horrendo partido que estaban haciendo y se pusieron las pilas para intentar lo imposible. Tras encajar 41 puntos en el tercero, recibieron sólo 17 en el último y se pusieron a diez, con lo que se llegó al resultado final de 118-128.
SPURS 129 – KINGS 120

La lucha por arañar victorias en la parte media de la Conferencia Oeste y entrar en los ‘playoffs’ es de las duras, de las interesantes en estos primeros compases de la burbuja de Disney. Y los Kings eran el equipo que pasaba de puntillas entre los citados: muchas tocados por coronavirus, mala disposición durante la fase regular, etc. Y había razones para que lo fueran. En la primera tentativa los Spurs les han mostrado el camino para intentar remontar y ponerse a la altura de los Grizzlies, el equipo que por ahora conserva el octavo puesto en su lado del cuadro.
Popovich y Hammon no se arrodillaron como los demás durante el sonar del himno nacional y quedó como una de las anécdotas del partido. El veterano técnico de los Spurs había destacado en la previa que la baja de Patty Mills era sensible, pero el hecho es que no se notó demasiado. Sí, De’Aaron Fox se puso las botas en el otro lado y terminó con 39 puntos, pero el devenir del partido se rigió por lo que quiso Pop.
Los de Sacramento hicieron un gran segundo cuarto que les puso al mando unos minutos, pero la mayor cohesión de un grupo liderado por DeMar DeRozan, que acabó con 27 puntos y 10 asistencias. Derrick White también destacó a la hora tanto de manejar a su equipo como de encestar (26 puntos). El encuentro finalizó de manera plácida para San Antonio Spurs con un marcador definitivo de 129-120.
Gentileza: AS